martes, 8 de mayo de 2012

La victoria electoral del PP, partido al que todavía pertenece Rato, hacía prever la llegada de una etapa de mayor entendimiento del Gobierno con Bankia, no solo por la llegada de Rajoy, con el que convivió en el Ejecutivo de Jose María Aznar (1996-2004), sino por el ascenso de Luis de Guindos hasta el Ministerio de Economía. De Guindos, que accedió a la Administración de la mano de Rato en el primer gobierno del PP, se marcó como objetivo acabar con las dudas de los mercados y forzar al máximo el saneamiento de las entidades, aunque algunas se vieran empujadas a fusiones....

La filtración del plan de saneamiento de Bankia, que podría recibir una ayuda pública de entre 7.000 y 10.000 millones de euros a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ha provocado desconcierto entre los analistas económicos y financieros, que tachan de "innecesario" este "rescate" y critican su "mala gestión".
"Si finalmente se produce esa inyección de dinero público, se trataría de un rescate en toda regla, una recapitalización de la entidad", asegura Juan Fernando Robles, director del Instituto Superior de Técnicas y Prácticas Bancarias (ISTPS).
La decisión de ayudar con fondos públicos a una entidad bancaria se toma como último recurso. Cuando se llega a ese extremo en el que con los beneficios del banco no se cubren las pérdidas ni las provisiones exigidas por el Gobierno existen dos opciones: externalizar esas pérdidas o acudir a una recapitalización.
La falta de información y las filtraciones tampoco ayudan ni a Bankia ni al sector financiero. "Anuncios como éste se suelen hacer los viernes por la tarde, con los mercados cerrados, para no generar el alarmismo innecesario que se ha provocado este lunes. Ha sido una barbaridad lo que han hecho, una crisis muy mal gestionada", explica Robles. Además, según los datos con los que contaban los expertos, este rescate es precipitado.

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