martes, 8 de mayo de 2012

Rodrigo Rato, de 'cerebro económico' del PP a los fiascos del FMI y Bankia...

Habilidad y determinación, las armas que permitieron a Rodrigo Rato avanzar en su carrera política, no le han servido para culminar su proyecto al frente de Bankia, entidad de la que sale forzado por dificultades internas y presiones externas.

Tras casi dos años y medio como banquero, desde que llegó a la presidencia de Caja Madrid en 2010, el presidente de BFA-Bankia anunció este lunes por sorpresa que abandonaba el cargo por entender que es "lo más conveniente para esta entidad". Con pocas palabras, el exministro de Economía y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) daba a entender que el problema, mas allá de la solvencia del grupo o su exposición al ladrillo, era su permanencia en el cargo.
La victoria electoral del PP, partido al que todavía pertenece Rato, hacía prever la llegada de una etapa de mayor entendimiento del Gobierno con Bankia, no solo por la llegada de Rajoy, con el que convivió en el Ejecutivo de Jose María Aznar (1996-2004), sino por el ascenso de Luis de Guindos hasta el Ministerio de Economía. De Guindos, que accedió a la Administración de la mano de Rato en el primer gobierno del PP, se marcó como objetivo acabar con las dudas de los mercados y forzar al máximo el saneamiento de las entidades, aunque algunas se vieran empujadas a fusiones.

Pronto se vio que Bankia era una de las entidades que generaba mayores interrogantes, lo que hizo que el Ministerio de Economía y el Banco de España sometiesen a la entidad a una presión que, todavía ahora con la salida de Rato, no ha concluido.

En los próximos días, el Gobierno tiene previsto dar su visto bueno a un plan de saneamiento que incluirá probablemente ayudas públicas y quizás más cambios en la cúpula directiva.

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